lunes, 29 de noviembre de 2010

“Puse rumbo al horizonte, y por nada me detuve…” (1)


Así comienza una canción que me invitó a reflexionar nuevamente sobre la clínica con Niños.
En estos días son numerosos los artículos que han aparecido sobre la existencia de un gen que determina la existencia del TDHA el cual, una vez descubierto “salvaría a la humanidad” ya que sería fácil a los laboratorios encontrar la terapéutica farmacológica apropiada y de este modo poder seducir a los médicos con premios por recomendar dicha droga (como suelen hacer, en algunos casos llega hasta porcentaje de dinero por emitir recetas en relación a ciertas enfermedades). Léase: http://ar.news.yahoo.com/s/25112010/71/tecnologia-descubren-clave-hiperactividad-adulta-gen.html
En otro trabajo que aparece en el sitio Intramed de fecha 8 de noviembre de 2010, plantean el problema a nivel de cromosomas con la correspondiente terapéutica farmacológica y tratamiento conductual.
Mis preguntas:
¿Dónde queda el entorno familiar en todo esto? Qué lugar para los padres o para la madre, primer sostén de un bebé desde la gestación y durante mucho tiempo en la vida de un niño? Si la terapéutica es conductual, están queriendo decir que los padres o la madre en particular “maleducó” a su hijo? Si el TDHA, como lo nombran desde la medicina, viene en la información cromosómica, cómo explican que 2 hijos de los mismo padres y habiéndose criado en el mismo hogar con características similares, uno tenga tal padecimiento y otro no? Dónde queda lo singular de cada sujeto niño y dónde no? Entiendo esta postura médica como una nueva forma de objetalizar, colocar al niño en un lugar de objeto de uso o de desecho, con las debidas consecuencias que ello conlleva: etiquetar a un sujeto desde la ciencia es desubjetivizarlo, a mi modo de entender la cuestión.
Son ampliamente conocidos los terribles efectos secundarios de las drogas que proponen con la indicación del metilfenidato, lo cual es conocido desde hace muchos años; el TDHA no es nuevo, la DCM (Disfunción Cerebral Mínima figura en los libros de medicina y en el conocimiento de los neurólogos hace más de 40 años) es la hermana mayor. Es conocida la indicación que debe ser tomado sólo de lunes a viernes, el problema es del niño no de la Escuela que no sabe qué hacer cuando un niño presenta inquietud y ni siquiera desean tomarse el tiempo para averiguarlo cuando es más rápido y más simple derivarlo para que lo mediquen? Esta toma es indicada justamente por los efectos en sangre, dado que la ingesta de esta droga requiere dosage en sangre constante por el riesgo que trae.
Dicha droga produciría problemas graves en pocos años cuando se toma en forma sostenida, como: tendencia a la adicción (drogas específicamente) entre otras cuestiones, al cabo de la adolescencia; numerosos estudios demuestran que los efectos secundarios podrían llegar hasta conductas delictivas y suicidio por los profundos cambios neuronales y químicos que producen.
Retomo el problema en cuestión:
Dónde queda la familia o la madre en particular como principal agente de la crianza de un niño? Lacan plantea que el síntoma de un niño responde a la verdad de la pareja parental o al imaginario de la madre en particular. (3) Si algo/alguien responde es porque algo/alguien hace una pregunta. Podemos pensar que el niño hace pregunta a un enigma de la pareja cuya respuesta no encuentra, la cual viene de vuelta como síntoma en él, convirtiéndose él mismo en respuesta?
Los padres hoy viven en un mundo de alta velocidad, esta es nuestra sociedad hoy: internet es el más claro ejemplo de ello, “Todo es Ya”, urgencia subjetiva donde el niño se pierde navegando en la virtualidad de una imagen sin nombre, buscando jugar con los amigos a través de la imagen. La niñez es un tiempo donde lo subjetivo no ha terminado de constituirse, el fantasma concluye en la adolescencia, segunda vuelta del tour pulsional, entonces: cuál es el riesgo de plantear dichas urgencias en un tiempo de constitución psíquica aún?
Niños que asisten a la escuela todo el día y que luego tienen actividades por doquier, padres que no pueden seguirlos por su propia velocidad produciendo ausencia en ellos. Ya casi no quedan escuelas de medio tiempo en la capital federal. Ya casi no quedan padres de medio tiempo en nuestra ciudad.
Los síntomas y padecimientos o problemas de los niños hoy se llaman trastornos porque no hay una sociedad que se haga cargo del bien decir, proyectar parece ser un mecanismo más fácil que responsabilizarse por lo que cada uno hace desde su lugar en relación a los Niños: padres, docentes, psicólogos cognitivos conductuales, etc. “La culpa la tiene el otro si algo les sale mal, entre esos tipos y yo hay algo personal…” (2) No puedo sino sentir indignación por pretender aplastar la subjetividad de un niño cuando se indica la medicación o cuando en nombre de una necesidad de más “Poder” se siguen buscando causas genéticas a este sufrimiento. Del mismo no acuerdo que este sea un problema que haya que emparchar, sino tratar desde el origen de su propia causa, sea cual fuere la misma lo cual no se soluciona con una “nueva enseñanza” sino con un profundo trabajo desde la falla en su origen la cual ninguno de nosotros desconocemos. Lo singular corre riesgo de perderse en lo universal.
A los largo de mi Profesión he recibido muchos pacientes con esta etiqueta que nos costó mucho tiempo y mucho trabajo despegar para recién poder comenzar a trabajar sobre el problema en cuestión el cual: NUNCA NECESITÒ MEDICACIÒN.
No planteo que el Psicoanálisis sea una panacea, sino al decir de Lacan: “una manera de encontrar un modo de vivir mejor.

Referencia:
(1) JMSerrat
(2) JMSerrat
(3) Dos notas sobre el niño. Autor: J.Lacan

viernes, 12 de noviembre de 2010

Adopción: un significante del Bien Decir, su Ética



- ¡Qué planeta raro! Es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres no tienen imaginación. Repiten lo que se les dice…
…En mi casa tenía una flor: era siempre la primera en hablar…
…Me creía rico con una flor única y no poseo más que una rosa ordinaria…
Tendido sobre la hierba, el principito lloró…la extrañaba…
Entonces apareció el zorro, el principito le propuso jugar con él y el zorro dijo:
- No puedo, no estoy domesticado, domestícame…
-¿Qué significa “domesticar”?
- Crear lazos, si me domesticas tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo…mi vida se llenará de Sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música.
Lo esencial es invisible a los ojos: he ahí el secreto.
- El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante - dijo el zorro.

Voy a ceñirme a hablar de adopción en el niño/adolescente como función de inscripción psíquica.
Sabemos que un niño es traído al mundo por Otro, por fruto del Amor, (se supone). ¿Qué de ese amor no se puede sostener?, (¿motivo por el cual es entregado a otro Otro?)
Sabemos que un niño es adoptado por Otro, por fruto del Amor, (se supone). Tenemos aquí dos contingencias, dos Otros, dos lugares del Código, para un ser humano cuyo baño del lenguaje estará marcado por AMBOS: abandono y adopción. Lacan dice: El Otro es el lugar donde viene a inscribirse todo lo que puede articularse del significante, es en su fundamento RADICALMENTE el Otro.
Un niño es traído al mundo por efecto del significante: familia simbólica. Un niño es un Sujeto.
Un sujeto llega a su análisis provisto de una gramática y una sintaxis, su narrativa da forma a su fantasma, dicha gramática es el código con que puede leer los actos propios y los de los otros. La novela familiar del adoptado es la misma novelar familiar de la del neurótico biológico dice Lacan en “La Familia”, fantasía mediante, siempre y cuando haya podido hacer una elaboración de los duelos; lo cual es claro cuando vemos su dificultad para acceder al deseo de tener un hijo. “En el principio fue el Verbo”, no implica acción ya que el verbo puede funcionar como tal, o no; como predicado verbal, o como predicado nominal, pero en ambos casos: determina al sujeto.
Hay un sujeto, producto de los padres adoptivos, un predicado para el niño adoptado, marcado por ambos significantes: “padres biológicos” y “padres adoptantes”, que no dejan de nominarlo como tal y, por lo tanto, si fue adoptado, esto siempre llevará implícito el abandono, uno no es SIN el otro. Recordemos que ningún significante puede significarse a sí mismo. De este modo un niño adoptado tendrá que hacer el duelo por 1) haber sido abandonado por sus progenitores y 2) por no ser el hijo carnal de la madre adoptiva. Doble pasaje por el A, doble pasaje por un imaginario que no permite una adecuada inscripción simbólica. Lacan se pregunta “¿Qué es un efecto de lo simbólico en el campo de lo imaginario?” y responde fuertemente: ESTO ALCANZA AL SUJETO. El abandono es una circunstancia real que sobrecarga el precario aparato psíquico de un bebé. Si la relación al objeto es incognoscible sino a través de un análisis, es EN análisis que el paciente adoptado podrá a través de su palabra, de su discurso, volver a ese momento originario y crucial para reconstruir el doble agujero en el espejo para que deje de agujerear su cuerpo, lugar de la mismidad. Lo Imaginario se certifica en lo Simbólico. Un niño adoptado desmiente y denuncia con su presencia la infertilidad de los padres adoptivos. La familia pasará a estar compuesta de este modo por: 1) padre, 2) madre, 3) hijo, 4) el fantasma de los padres carnales que tendrá mayor o menor peso según el caso y que generará o no patología (según la elaboración del duelo que haya podido hacer el niño y sus padres adoptivos).
Adoptar es darle un buen nombre al abandono de un niño. Nombre que no viene sino por el Nombre del Padre, legado en el linaje de una familia y una cultura. El Nombre del Padre hace marca y permite un legado; inserta en la serie de significantes que se sumergen en lo S-R, cuerpo y psiquismo, deseo y ley confluyen en un imaginario lastimoso.
El Bien Decir está del lado de lo particular, lo individual de cada sujeto niño, lugar de la verdad, i(a), cuerpo. Cada niño merece una vida mejor, así como cada pareja merece tener un hijo. Un significante para el niño, un significante para los padres. ¿Qué sucede cuando la huella del abandono no fue borrada y por lo tanto, no se pudo inscribir la adopción como nueva huella? ¿Cómo opera el campo del Otro? ¿Qué del objeto a para ese sujeto?
María Victoria tiene 23 años, comienza tratamiento porque está muy angustiada, en la 1era entrevista relata que al regresar de su viaje de egresados de la secundaria, sus amigas la dejaban de lado. Hacía una semana que estaba triste y lloraba; la madre le hizo la pregunta clave: “¿Estás así porque sos adoptada?” y se fue. Minutos después toma un cuchillo de la cocina y comienza a cortarse, para que “el dolor de su cuerpo fuera más fuerte que el de sus pensamientos”, dice. Como no lo logró, tomó una Gillette del padre y continuó también infructuosamente. “Tuve un intento de suicidio”, dijo. Paren el mundo, me quiero enterar: Despertar lo Imaginario, el Cuerpo, lalangue. Luego de algunos meses de trabajar sobre el dolor de su abandono-adopción y tras relatar terribles situaciones de disputas con la madre en la actualidad, quien no le permite separación alguna (ejemplo: ir sola a la ginecóloga) y además la echa de su casa; le pido se saque el piercing de la lengua y me lo de para guardarlo. A la sesión siguiente viene con otro piercing ubicado en el mismo lugar, que tiene una perla blanca en un extremo, mostrándome que se lo puso (luego de ese acting-out) “porque recordé cuando fue… luego del corte”, dijo. Le pedí que se lo sacara y lo guardara para darle paso a la palabra corriendo el agujero del cuerpo (lo oral), y que no se haga más tatuajes en un cuerpo cuyo real no cesa (Padre simbólico: falla). Escucho la falta de filiación de la que Lacan nos habla en relación al hombre de los lobos.
Indago sobre su historia:
1) Fue abandonada por la madre, dice.
2) Pasó por un Hogar de Tránsito hasta los 8 meses/1 año según calcula por el cuaderno de notas (testimonio de los cambios: caída de primer diente, primeros pasos, etc.) que llevaron en dicho lugar y que ella conserva.
3) Adopción definitiva. Los nombres de los padres adoptivos comienzan ambos con una contracción: AL….A ÉL…. Gravitación del Padre.
La adopción tiene un umbral más bajo de tolerancia ante situaciones de Separación (¿Frustración?), lo cual vemos como marca en el acting-out de María Victoria. El acting-out es parte de la estructura.
La marca del segundo momento constitutivo funcionó como el amor que nunca volvió a encontrar gracias a los malos tratos de la madre adoptiva, cuyo padre: no pone freno, solo hace silencio o, al decir de la paciente, “Lo único que sabe es traer plata a casa”. Un padre que encarne el bien. “El Bien Decir no dice donde está el Bien”.
María Victoria es licenciada en terapia física y deporte, quiere seguir estudiando para trabajar con niños autistas, psicomotricidad o terapia ocupacional. Ayudar a otros es ayudarse, su hermano también es adoptado y tiene epilepsia con frecuentes episodios de violencia hacia la madre y hacia ella (por mediar entre ambos, con consecuencias físicas extremas). Le pido que salga del medio, que los deje.
¿Por qué un niño no adopta a sus padres? En el curso del tratamiento se encontró con su partida de nacimiento, con el nombre de la madre y el de ella de origen que luego fue cambiado. Como en Clark Kent y Superman, un desdoblamiento de la misma persona coexiste en el mismo tiempo, vulnerando el principio de identidad. Este desdoblamiento actúa como defensa frente a la escisión del yo que se produce en los niños adoptivos, doble identidad. El problema de identidad, es un problema de collage de situaciones; la identidad apunta a la percepción, mientras que la identificación trabaja sobre la creencia. Gracias a su tratamiento pudimos transitar el doloroso camino de dicha noticia ya que el padre presionó para hacer la ciudadanía italiana y allí apareció el inconsciente a cielo abierto.
Código sobre código, ¿qué más Supremo que el Otro en los primeros momentos de Vida? Apego al Otro Materno. Hay Bien, No hay Bien Supremo.
María Victoria no podía dormir al comienzo de su tratamiento. Los sueños son el tejido de lo Imaginario tomados por lo Real en el nudo. Primer enunciado de lo Imaginario (en su pasaje por lo Simbólico): tapón de “bueno”. Segundo enunciado: el amor pasa por la causa, ocupa un lugar, participa de la identificación: tiene que ver con el Nombre del Padre, dice Lacan: “la antigüedad de la familia”. Tenemos aquí la filiación.
Trabajo con ella sobre el Amor, el primer amor, el objeto oral que fue haciendo serie, corpse, garrote del significante. Su pregunta apunta al Otro biológico, al Otro primero sobre su sexualidad, para entender el Amor. Si la fórmula del fantasma es $ losange a, el objeto es Imaginario.
Adopción significa según su etimología: prohijar, hacer un hijo a futuro, ahijar: que podemos pensar como un hijo donde no hay (a: privativo), mamar: m-amar…amor a la madre, mamar: rama-m, una rama de la madre (pensado de este modo es donde encontraremos las dificultades que suelen encontrarse en los adoptados para tener un hijo, punto de detención en la estructura originaria), forclusiòn del Nombre del Padre en el abandono, ex¬-sistencia de un troiseme, donde el deseo, alienado desde el origen, muestra su rehusamiento, para desear: primero hay que existir. Si nos existe todo lo que hace nudo, es en el nudo mismo en donde encontramos la filiación, el linaje. Reducción del Bien: Goce, Cuerpo, Muerte; los 3 de lo Real.

El análisis trabaja sobre la Transferencia. Lo Verdadero del analizante toca al analista. El analista ocupa el lugar de SsS. No hay transferencia sin Verdad y no hay verdad sin amor. En el Bien, el Cuerpo fuerza su Goce (lo reprime). La transferencia galopa sobre el Deseo del Analista, semblant de objeto a, cuya ética es permitir el despliegue de los significantes que habitan al sujeto del inconciente, para que pueda reconocerse y situarse como sujeto de deseo.

Caminante no hay camino,
Al andar se hace camino,
Y al volver la vista atrás
Se ve el camino que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino,
Sino estelas en la mar.

Bibliografía consultada:
- A. Saint-Exupery: “El Principito”
- Antonio Machado: “Caminante, no hay camino”
- J. Lacan: Seminario 20, Clase 19/03/74
- J. Lacan: Seminario 20, Clase 13/03/73
- J.Lacan: Radiofonía y Televisión.
- J.Lacan: Seminario 14.
- Lic. Norma Krasnapolski: “Adopción y compromiso somático”, “Prevención en adopción”, “Aspectos clínicos de la adopción”.
- Carretel No 7. Revista de las Diagonales Hispanohablantes y Americana. Psicoanàlisis con Niños. Edic. Grama
- Marìa L. Ramos: La adopción, una filiación diferente. Edic Biblioteca Nueva, Madrid. España.
- EFBA: Seminario Clìnica con Niños y Pùberes, L.Donzis y M.Weskamp. 2010.
- EFBA: Grupo de Investigaciòn: EL Inc. En los tiempos instituyentes.
- Ley de Adopciòn en Argentina.
"Trabajo presentado en el III Congreso Argentino de Convergencia Lacaniana: Cuerpo, sìntoma, transferencia, ¿un nuevo amor? - Buenos Aires - Octubre 2010 -"


Autora:
Mònica Peisajovich.
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TE: 4551-2311 y 15-6159-8475